De acuerdo con las ideas de los antiguos hindús en cuanto a la santidad del lazo matrimonial, las bodas eran elaborados rituales. Se exigía rigurosa castidad de las doncellas aspirantes a casarse, como marca oficial de su virginidad. Era deber del padre encontrar un marido conveniente para su hija en cuanto esta se aproximaba a la pubertad.
El padre que no encontraba marido adecuado para su hija, era tan culpable como la persona que mataba a un brahmán (el peor pecado que un hindú podía cometer). Si durante los tres años posteriores a la menstruación el padre no encontraba un marido para su hija, ella misma podía buscarse un compañero y el padre cargaba de por vida con la culpabilidad de haber fallado, imperdonablemente, en un deber sagrado.
Con el matrimonio, la mujer tenía un renacimiento sacramental, así mismo como un brahmán nacía por segunda vez con la imposición del cordón sagrado.
Según el libro Mahabharafa, había ocho tipos de bodas. En los cuatro primeros, reservados sólo para los brahmanes , no existía la dote para la novia, pues tales uniones entre personas de casta superior, traían supuestamente recompensas en el otro mundo.
Las otras formas de matrimonio eran:
-El matrimonio por compra.
-El matrimonio por amor.
-El matrimonio por captura. Propio de los guerreros y conquistadores
-El matrimonio por hurto, en el que el hombre llegaba a poseer a la mujer por algún medio dudoso o deshonroso.
Tras el baño ceremonial tomado al cuarto día de la menstruación, la mujer casada era considerada limpia y se hacía merecedora de los placeres del amor.
Se creía que las mujeres eran más apasionadas que los hombres. Dice un dicho hindú: “ La humanidad envejece por las preocupaciones, el guerrero por la prisión y la mujer por una vida sin amor”.
Las relaciones sexuales estaban reguladas. Además de otras muchas restricciones, estas estaban prohibidas de hacer a cielo raso y a la luz del día, estando sólo permitidas de noche y en rigurosa intimidad. Esto era debido a que se consideraba que las horas de la mañana estaban destinadas a las oraciones y las de la tarde a los negocios mundanos.
Durante algunos días del mes, se imponía tanto a hombres como a mujeres la completa abstinencia de contactos sexuales. Estos eran los días Parvan, que era cuando se consideraba que los malos espíritus andaban sueltos, sobre todo en las casas vacías y abandonadas, en los cementerios, en los pozos de agua... Se cría que estos lugares eran particularmente peligrosos para mantener relaciones sexuales.
Un hombre que se acostase con una virgen aún con su consentimiento, sufriría una grave multa y sería obligado a casarse con ella, sin tener en cuenta su casta. La violación de una virgen, era considerado uno de los crímenes más detestables. El malhechor era azotado públicamente y desterrado, siendo sus bienes confiscados.
Las personas de todos los estratos sociales podían frecuentar y acostarse libremente con las esposas de actores y cantantes, sin ningún tipo de obstáculo, sin que surgieran cuestiones de estupro o de adulterio en tales casos.
Eran severamente castigadas la homosexualidad y las perversiones sexuales.
J.D.
Sexólogo