Probablemente, el Kamasutra sea la más antigua lección de amor. En este libro, escrito por el sabio indio Vatsyayana en el siglo V, se recopilan las tácticas preparatorias de la unión sexual y se describen numerosas formas para realizarlas. Uno de los aspectos fundamentales de este famosos libro es que no se limita a ser un manual para el hombre, sino que está destinado a orientarlo en las tácticas del placer sexual.
Uno de sus objetivos es hacer ver al hombre que la participación de la mujer en el placer es fundamental. La ascensión al árbol, el abrazo de leche con agua o el abrazo del sésamo con arroz, son símbolos utilizados para referirse a la unión entre sexos. Por otra parte, en el Kamasutra hay sesenta y cuatro variantes distintas de formas preliminares para hacer el amor.
En el Kamasutra tenemos al menos 7 maneras distintas de besar, 8 variedades de contacto, 8 formas de morder jugando, 4 métodos de golpear en el cuerpo con las manos y 8 sonidos que pueden ser emitidos al hacerlo.
Fue una obra revolucionaria en todos los sentidos, tanto por atribuir importancia a la mujer, como por persistir hasta hoy como una forma de inspiración para los amantes.
En la India, la subordinación de la mujer al hombre era un hecho. En la misma época en que se describía de forma tan sutil y elaborada la técnica de aproximación sexual, aún persistía la ancestral tradición que regía desde el segundo milenio antes de Cristo, que era la cremación de las viudas en la pira funeraria de sus maridos. Este ritual significaba una dependencia total de la mujer hacia el hombre y se mantuvo hasta que fue prohibida por el gobernador británico Lord William Bentick en 1829.
Entre los siglo XXIII y XXI a.C. , también se practicaba el sacrificio de los parientes próximos al jefe de la familia muerto.
En la era del Rigveda (la antigua escritura hindú, escrita hacia 2500 años a.C., no era raro separar y apartar a las mujeres de los hombres. En otras palabras, el Pudra ( una cortina destinada especialmente a ocultar a las mujeres de la vista de los extraños), existía en la India de esa época.
Las mujeres vivían en alojamientos separados, rigurosamente privados y reservados al uso exclusivo de ellas, así como también existían los alojamientos privados de los hombres. En público, las mujeres usaban velo invariablemente.
Las casadas se cubrían también con mantos o chales y no se podía ni pensar que una mujer respetable no estuviera suficientemente protegida en público de la mirada de los hombres.
Manu, en el 800 a.C., prohibió a las mujeres mezclarse con los hombres, y Jagnavalka( 600 a.C.), alivió de cierta manera esas restricciones, permitiéndoles relacionarse con médicos, comerciantes o mendigos. Las esposas de los hombres ausentes tenían prohibido acudir a competiciones deportivas, ceremonias nupciales y actos sociales en general.
Ya en época del Kamasutra, ya no se afrontaba el sexo únicamente como un deber conyugal en beneficio de la prole, si no como una actividad placentera para ambas partes. Con él se podían buscar las más ricas experiencias de la vida, con la realización de las más altas aspiraciones espirituales de la humanidad, íntimamente relacionadas con la búsqueda de lo divino
El sentimiento religioso y la sexualidad, en su nivel más alto, tenían un lugar definido en la mitología de la India antigua.
J.D.
Sexólogo
